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sábado, 20 de agosto de 2011

ABRAZAME

“ABRAZAME…”

Por LA MADA (Magdalena Edith Carrillo Mendívil)
www.lamaddalenaedi.blogspot.com


Ella estaba al borde, desahuciada, perdida, enloquecida… compartiendo la cordura con la desesperanza que le ayudaba a recordar, un poco, la lucidez que algún día llegó a tener. No había lugar donde descansar. A donde fuera, donde estuviera, estaba siempre al borde, al borde de cualquier fin, al borde de cualquier abismo. Abrió los brazos, tan amplio como pudo y sin darse cuenta el viento los enredó en su cuerpo. Fue entonces cuando sintió por primera vez su propio abrazo. Quedó muda enredada en ella misma y la geografía de su interior fue ganando espacio. Poco a poco no había más abismos, ya no había más bordes. Ella recibió la magia de su abrazo. Salió corriendo de sí misma, quería rescatar todos los recuerdos que aún estaban al filo del fin… pero no pudo volver atrás, cuando volteó se dio cuenta que inevitablemente todos habían caído. Solo podría rescatar lo no vivido, lo no sufrido, lo no llorado. Comenzó a enredar entre sus brazos todo ese “yo” que aún le quedaba y comenzó a amarse. Temió soltarse para compartir sus brazos, temió perderse en un abrazo ajeno. Estudió la mejor manera de…
Los abrazos han sido un karma que mueve mis energías o al menos pretende moverlas o medio mal las mueve. La necesidad de ellos y su ausencia me descompone y me puede echar a perder como fruta asoleada.
La gama de abrazos es más diversa que la de los besos. Los abrazos son más “portátiles”, es más fácil darlos que un beso. Son menos íntimos y sin embargo trasmiten, por ósmosis, tanta fortaleza que hasta la membrana más dura y menos permeable es capaz de recibir. El abrazo de Judas, algo así como el beso de Judas pero en versión “abrazo”, no puede ser intenso, no puede fingir y esto, gracias a un hechizo de la bruja buena del centro norte que nos protege contra los abrazos traicioneros... no teniendo la misma fortuna los desamparados besitos.
El abrazo filial es amor puro, se da en automático y en automático se recibe. A veces más rígido que otras pero siempre se alcanza a leer entre vibras que es bueno por naturaleza. En algunas ocasiones se pierde y se extravía en los callejones del ego, pero por más escondido que se encuentre siempre hay algún revendedor que lo rescata de la piratería.
Abrazar a un amigo, a un camarada es saber que formamos parte de un todo sin perder nuestra interioridad. Abrazo, contagio, recibo y me contagian. Este es uno de mis abrazos favoritos, te sacan del hoyo sin necesidad de pagar la cuota de la sangre ni los impuestos de la obligación. Es un agente libre que no se siente comprometido a nada. Es irreverente, travieso, alegre y sobre todo solidario. Es capaz de darse y recibirse solo con la mirada y a veces un apretón de manos se convierte en el más sincero abrazo.
Abrazar las ideas, los ideales, los sueños es sentirse vivo y en activo. A veces se abrazan espejismos, pero… ¡que más da! Cuando se tiene este tipo de ilusiones se abrazan y se gozan, ¡que importa el sufrimiento que venga después!. Y entre más los abrazamos, más reales se vuelven. Comienzan a tener vida propia, algo así como Pinocho y en una situación más intensa como Alicia en el país de las maravillas. Los sueños y proyectos sin darnos cuenta adquieren forma, respiran, estornudan, bostezan y sientan a tomar lo que les ofrezcamos. Son tan nobles que se conforman, a veces, con la bilis que nos provoca la frustración de que el “otro” no los pueda ver…y nos “exclamamos” ¡Cómo es que no los pueden siquiera sentir, si son tan reales!
Hay abrazos duros, intensos, que contagian y que fusionan a varios en uno. El abrazo de Jorge González Camarena es un duro ejemplo de esto. Dos culturas se fusionan, teniendo como mensajeros a dos guerreros, sus armas son las agujas que cosen ambos culturas con hilos de sangre. Sincretismo cruel y generoso. Ambos guerreros se unen en un abrazo final, en su último suspiro entregando su alma al mismo tiempo y fundiendo su esencia. ¿Y no es así algo así el abrazo de los amantes? En el abrazo de los amantes hay alevosía, pero una alevosía bondadosa, interesada pero sutil. En cada abrazo cada amante trata de robarle al otro cada segundo que este le roba y en este caso ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.
Solo me queda preguntar ¿Será cierto que un abrazo es la mejor medicina? Para la Mada si, la Mada por un abrazo ha trocado horas, bailado tangos con serpientes y prometido quincenas enteras. Per un abbraccio ne vale la pena, quasi tutto…,

Me despido con un fuerte abrazo.





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